Los amigos de su Oculto

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#ElSímboloDaQuéPensar #SummaDemoniaca

Las personas que han luchado contra su demonio y han terminado haciendo el amor con él en el intento, me inspiran más confianza que aquellas que se dedican a rezar o a esconder su cabeza bajo las sábanas cuando escuchan los gruñidos, las pezuñas y las garras que acechan.

A estas personas, amigas de su Oculto, las personas “de la luz” a menudo las tratan como depredadoras sedientas de víctimas para inmolar a su culto. Sin embargo, esto se debe a un problema de miopía que les hace percibirse como las buenas. Ignoran que, en su camino inconsciente e inexorable a los infiernos, es más fácil que los “amigos de su Oculto” las comprendan y acompañen, a que las castiguen y aniquilen; olvidan que las lapidaciones y los linchamientos siempre han sido ocupaciones predilectas de la “gente buena”.

Jung habló de este efecto contradictorio de conectar con nuestro “propio lado oscuro” en su arquetipo de «la sombra», específicamente en el libro “Aion“, cuando escribió:

Si hasta ahora se había considerado la sombra humana como la fuente de todo mal, ahora se puede descubrir, en una investigación más precisa, que en el hombre inconsciente, precisamente, la sombra no sólo consiste en tendencias moralmente desechables, sino que también muestra una serie de cualidades positivas, como instintos normales, reacciones adecuadas, percepciones fieles a la realidad, impulsos creativos, etc.

Jung, C. G. (1997). Aion, Contribución a los simbolismos del sí-mismo, Paidós (23-24), España.

Otro tanto dice Nietzsche en “De las alegrías y de las pasiones” en su “Así habló Zaratustra”:

“En otro tiempo tenías pasiones y las llamabas malvadas. Pero ahora no tienes más que tus virtudes: han surgido de tus pasiones. […] En otro tiempo tenías perros salvajes en tu mazmorra: pero al final se transformaron en pájaros y en amables cantoras. De tus venenos has extraído tu bálsamo, has ordeñado a tu vaca Tribulación, – ahora bebes la dulce leche de sus ubres. Y ninguna cosa malvada surgirá ya de ti en el futuro, a no ser el mal que surja de la lucha de tus virtudes.”

Nietzsche, F. (2019). Así habló Zaratustra, Gredos (422), España.

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