Fantasmas

 

#PapelesPoéticos

Los fantasmas siempre han sido vivos que parecen muertos: los primeros dolores, los miedos, los viejos amores… Se entierran, sí, ¡se entierran!, como difuntos sin prole, agazapándose en la entraña del olvido. Desde ahí nos miran, caminan tras nuestros pasos que juramos solos y nos rosan la nuca con su aliento de otro tiempo; a veces nos muerden y nos comen la carne de lo que veníamos siendo para dejarnos en los huesos de lo que un día fuimos, de lo que creíamos ya no ser, de lo que seguimos siendo: limitados, cobardes, próceres de nuestra postergación, niños que lloran cuando se sienten solos. Apenas se atragantan, nos sueltan y nos dejan regresar a la superficie, a seguir jugando a las personitas del mañana, a los que ¡qué bueno!, siempre han de ganar mañana; y regresan a la espesura negra de su cloaca, a seguir viéndonos, sabios y quietos, sin decir nada.

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