Emancipación vincular

#EmancipaciónVincular

Una relfexión crítica para poder vivir con lo que amamos.

Con la presente categoría, busco taggear un asunto de complicada focalización.

Si lo delimito al espectro de las «relaciones afectivas», la inercia cultural del lector seguramente le sugerirá pensar en el «amor» que, a su vez, le llevará a pensar en «una pareja», es decir: en un «otro» de mí para compartir el amor; pero esta seguidilla inercial es ya, en sí misma, un problema, pues, en el vasto catálogo de evidencias que nos ofrece a diario la experiencia, ni sólo amamos a una persona (incluso no solo amamos a personas), ni lo hacemos siempre del mismo modo. Sin embargo, culturalmente jerarquizamos la relación de pareja monogámica como el vínculo moralmente superior posible, que, cuando no, el único.

Esta estrechez en el criterio se vuelve inquietante cuando giramos la mirada a otros campos de experiencia, otrora también estrechos: me refiero al campo de la diversidad de género, al de las creencias religiosas, al de la emancipación cultural de la mujer, entre otros tantos que han logrado para sí grados de aceptación importantes, manifestaciones, ecosistemas comerciales, grupos de activistas, reivindicaciones jurídicas… Pero si intentamos extender el brazo de estas victorias por sobre el campo de las relaciones afectivas, algo de ese impulso emancipatorio se estrecha, pierde vigor y toma una siesta en la sabrosa inercia que mese la hamaca del amor tradicional, verdadera adormidera en la que poco suele ser lo que parece.

Pensemos en lo siguiente: a nadie le costaría afirmar que el amor monogámico de tipo matrimonial (noviazgo y matrimonio) es el formato dominante en las relaciones sexoafectivas de occidente, al menos en los últimos doscientos años; sin embargo,  ¿qué no es la experiencia quien nos enseña que, en realidad, el formato más común es el de la «doble vida»? Pero, difícilmente se puede hablar con lucidez de ello, e incluso, cuando uno toma la iniciativa y habla de cara a estos asuntos, lo que recibe es una seguidilla de frases hechas, sentencias de autopacificación y hasta descalificaciones. Esto se vuelve más indicativo cuando estas actitudes son sostenidas por las personas más jóvenes,tradicionalmente las primeras en resistirse a las inercias culturales de las generaciones que les anteceden, casi como si les constara su éxito, como si de un momento a otro hubieran olvidado que son, en la mayoría de los casos, víctimas directas de este ejercicio de simulación, pues, ¿qué nos somos los millennials y los centennials los hijos del divorcio y el hogar disfuncional por antonomasia?

Entonces qué, se preguntará el lector, “¿tendríamos que estar trabajando en la abolición del formato monogámico matrimonial en la cultura occidental?”

¡En absoluto! En todo caso, pensaría que lo que a nosotros concierne es repensar los pactos, contratos, formatos y jerarquías de nuestras formas vinculares tradicionales para que, concluyamos lo que concluyamos, se trate de una decisión vivible, sana, funcional y nuestra; y no un impasse ante heridas traumáticas o fuerzas culturales dominantes.

De esto va #EmancipaciónVincular: un abordaje crítico de las formas vinculares, aunque, y esto es medular, no para los vínculos mismos, sino para la experiencia amorosa. Esto me exige declarar una premisa fundamental: uno de mis presupuestos en todo este asunto es la desidentificacíon del amor y los vínculos afectivos, los cuales no considero sinónimos y ni siquiera simétricos; en todo caso, se relacionan como la herramienta con la obra, quiero decir: el formato vincular es un posibilitador de experiencia, pero no la experiencia en sí. Cuando pactamos vínculos afectivos con otros, lo que buscamos es gestionar nuestra experiencia amorosa de ellos y con ellos; porque, precisamente, el vínculo no es el amor ni viceversa (de otra forma el desamor sería una ficción).

Entonces, y ya para terminar: #EmancipaciónVincular es un abordaje crítico de los formatos vinculares para poder vivir y sentirnos bien con las cosas, pensamientos y personas que amamos.       

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